martes, 27 de noviembre de 2007
SILVIA CURIAL Y CAROLINA PAGANINI: PSICOMOTRICIDAD EN LA ESCUELA, UN CONCEPTO ALTERNATIVO
Conversamos con las licenciadas Carolina Paganini y Silvia Curial, dos profesoras de Educación Física y psicomotricistas que han logrado mover espacios antes estáticos de la escuela y encontrar una mirada diferente: el lugar del cuerpo en la escuela. El cuerpo del alumno, el cuerpo del docente y su relación con el aprendizaje.
—¿Cómo pensar el aprendizaje de la lectoescritura bajo los lineamientos de la educación psicomotriz?
—La idea que llevamos adelante como psicomotricistas es tratar de que los docentes observen cómo es ese niño al que se le quiere enseñar a leer y escribir, cuáles son sus necesidades corporales, qué pasa con el cuerpo en la escuela y en el aula al momento de abordar el proceso de enseñanza y aprendizaje de la lectoescritura.
Escribir compromete a la motricidad fina y lleva al niño a la quietud. Eso contrasta con un niño que viene del Nivel Inicial, de jugar todo el tiempo, de moverse en la sala, de sentarse en el piso, etc. Si el docente tiene en cuenta el desarrollo psicomotor del niño, el encuentro con el contenido nuevo será mejor.
—¿Qué hay que tener en cuenta específicamente del desarrollo psicomotor?
—Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la organización temporal y espacial. Si hablamos de la organización espacial, aparece en el plano gráfico de la hoja, en el empezar a escribir de determinada manera, sobre un renglón o sobre una hoja blanca donde tienen que marcar las líneas. Esta organización espacial se tiene que construir primero en el cuerpo del niño, en función del eje corporal. Si el niño puede lograr esa estructuración espacial de su cuerpo es probable que no tenga dificultades al pasarla al plano gráfico. Así como es probable que el desorden de la hoja tenga que ver con un desorden corporal.
Hay que tener en cuenta que los problemas en el aprendizaje en algunos casos pueden ser cuestiones de desorganización corporal y no dificultades en la adquisición de conocimientos. Pero también hay que tener en cuenta que ese problema corporal no tiene que ver solamente con lo orgánico, sino que tiene que ver con lo emocional, con las relaciones familiares, etc. Este es el tipo de mirada desde lo psicomotor.
—¿Y con respecto a las alteraciones en la organización temporal del niño?
—Un caso que ejemplifica fue el que apareció en una escuela en la que trabajamos con el registro corporal que tienen los chicos sobre el pasaje de una actividad a otra. Allí nos dimos cuenta de la importancia de dar tiempo suficiente para poder hacer el registro de una actividad, ya que muchas veces se les exige a los chicos pasar rápidamente de una actividad a otra, para respetar la planificación que el docente había preparado para ese día
Otro tema es la articulación del pasaje de Nivel Inicial al primer grado. Esta articulación tiene sus conflictos. El niño de seis años que comienza el primer ciclo tiene que organizarse para adaptarse a la nueva modalidad de trabajo, que requiere quietud para poder concentrarse, por ejemplo, en la escritura, pero esos niños de 6 años –desde la perspectiva del desarrollo psicomotor– necesitan movimiento. Entonces lo que se genera es una tensión en todo el cuerpo cuando tienen que quedarse sentados y tomar el lápiz y concentrase en el aprendizaje de la escritura. Lo que es bueno para estos casos es hacer trabajo de relajación y registro corporal antes y después de copiar del pizarrón, o de cualquier otra actividad que implique mucha quietud. Esto les va a ayudar a preparar el cuerpo, y para que realmente puedan disfrutar de la adquisición del nuevo conocimiento.
—¿Y cómo trabajar esto en la escuela?
—Desde la educación física, con los chicos trabajamos todo lo que sea soltar la articulación del hombro, aflojar los brazos, registrar el cuerpo y la postura, vivenciar sensaciones de tensión y distensión, de quietud y movimiento. Pero el trabajo corporal requiere un tiempo de continuidad para lograr resultados, y no sólo se debe trabajar en la hora de Educación Física sino también como modalidad dentro del aula. Seria interesante que los docentes puedan vivenciar estos trabajos corporales para luego llevarlos al aula, así como también pensar en la posibilidad de modificar el espacio, correr los bancos, y permitir, permitir-se, el trabajo corporal en el aula.
—¿Cómo sugieren que sea la dinámica del aula?
—Los docentes podrían hacer un trabajo de registro corporal con los chicos antes de salir al recreo y al regresar, y antes y después de una actividad. Trabajar en el patio y en el aula, porque el aula en general se usa como un espacio de quietud y no de movimiento.
Una buena propuesta es que los chicos puedan experimentar el aula de otra manera, tocando las paredes y el piso, mirando el techo y haciendo una mirada del aula desde otro lugar, o en realidad haciendo casi por primera vez un registro del lugar en el que están todos los días. Esto favorece mucho la creatividad y la imaginación, y el registro desde lo corporal de lo que están haciendo y lo que van a hacer. Esto permite fijar mejor lo aprendido: si no, van y vienen sin poder registrar nada.
Creemos que nuestra propuesta, basada en los lineamientos de la educación psicomotriz, es una experiencia positiva para docentes y alumnos. Los docentes, después de participar de un taller de psicomotricidad, nos dicen que antes nunca habían pensado en su cuerpo ni en el de los chicos, ni el en tono de voz que usan (algo muy importante también).
—¿Cómo podría un docente preparar el cuerpo del alumno?
—El trabajo corporal es muy importante, porque sino ¿dónde voy a sembrar lo que yo quiero enseñar? Es bueno que los docentes puedan programarse cinco minutos de trabajo corporal, cuando los chicos vienen del recreo, antes de sentarse, para cantar, gritar, moverse, saludar al compañero, trabajar con opuestos: el silencio y el ruido, movimientos rápidos y lentos, etc. Este trabajo también puede servir como evaluación diagnóstica para el maestro, para saber en qué están los chicos y planear en función de eso la próxima actividad, es decir, tomar los emergentes.
—Y el docente ¿cómo debiera preparar su cuerpo para afrontar su tarea diaria?
—Eso es muy importante, es un trabajo que hay que tener presente en todo momento. En las capacitaciones nosotras marcamos siempre en qué momentos del aula está más expuesto el cuerpo del docente: reunión de padres, actos, reuniones con directivos. Allí hay que preparar el cuerpo antes, por ejemplo registrando en qué partes del cuerpo hay tensión, dolor, cómo hacer para relajar porque eso se trasmite en el tono de voz, en la mirada, etcétera.
—En el profesorado el área de psicomotricidad no es obligatoria para la formación integral del docente, es optativa. Sin embargo, en la mayoría de las salas de Nivel Inicial de los institutos privados trabajan con el lineamento psicomotriz…
—Claro, en los colegios privados le dan mucha importancia, pero en los jardines de infantes estatales no existe a nivel masivo el trabajo con psicomotricistas. Nosotras hemos logrado llegar a algunos jardines estatales, pero en el nivel de la capacitación dentro del colegio, y sólo a los colegios que nos lo solicitan, porque al no existir dentro del currículo formal es difícil que los colegios estatales puedan incluirla. Lo que sucede, muchas veces, es que se confunde la psicomotricidad con la educación física, y no es lo mismo.
—¿En qué radica sustancialmente esta diferencia?
—Más que nada tiene que ver con el concepto de cuerpo de cada disciplina, la mirada que se hace del cuerpo y lo que el cuerpo produce. El profesor de Educación Física está más pendiente del cuerpo-instrumento. Por ejemplo, en primer grado deben lograr que los chicos puedan saltar con un pie y con dos pies, alternando. El psicomotricista puede mirar ese mismo fenómeno y ver otras cosas. ¿Cómo salta, por qué no salta, qué experiencias de saltos anteriores tiene?
—Una mirada muy relacionada con la mirada psicopedagógica. ¿Cómo llevan adelante en la escuela esta articulación?
—En la práctica resulta difícil. Pero es así como debería trabajarse, es un área a conquistar. Por ejemplo, ahora nos han convocado de un jardín de infantes privado para abordar el fenómeno de los chicos con ADD desde la mirada de la psicomotricidad, y en trabajo conjunto con los psicopedagogos.
—Y ¿cómo es la mirada de un psicomotricista para con un chico con diagnóstico de ADD?
—Nuestra mirada no es la de ver a un chico con problemas de conducta –como lo ven en la escuela muchas veces– sino que observamos el porqué su necesidad de movimiento, qué se puede hacer para que ese movimiento encuentre rumbo. Trabajamos con el cuerpo y el movimiento y con lo que siente el chico en relación con los otros chicos y en relación con el adulto. De hecho, muchas veces el diagnóstico es ADD con hiperactividad, y la hiperactividad en algunos casos es abordada desde la psicomotricidad. Se podría abordar con trabajos de registro corporal, de concientización del propio cuerpo; la consigna es “cuidá tu cuerpo, pero también cuidá el cuerpo del otro”. Lo importante en estos casos es salir del lugar de la queja, porque es una realidad que se presenta en muchas aulas. Todo cambió. Los chicos no son los mismos que hace unos años, hay que tratar con esto, y la psicomotricidad tiene herramientas.
—Sí, el mundo cambia y los chicos con él. ¿Qué cambios importantes notan ustedes en los chicos?
—Hoy los chicos desde pequeños juegan con videojuegos, con la computadora, con la playstation, con la televisión, etcétera. Y eso los estimula muchísimo. Lo que les proponíamos a los chicos en el Nivel Inicial, tres años atrás, no es lo mismo que proponemos ahora: hay que trabajar a partir de lo que ellos traen.
Lo que sucede es que sufren una sobreestimulación. Porque en muchas escuelas se ofrece hacer inglés, computación, todas las materias curriculares y a veces doble escolaridad. Y salvo en la hora de Educación Física no hacen trabajo corporal.
Si bien la realidad familiar en algunos casos requiere que los chicos tengan que estar todo el día en el colegio, la escuela tiene que proponerles un lugar para el juego libre y espontáneo. Lo que importa es poder llevarles un poco de calma a los chicos.
lunes, 26 de noviembre de 2007
PSICOMOTRICIDAD CON "PARACAIDAS". DIVERSIÓN ASEGURADA
MATERIAL: Diferentes objetos que no pesen demasiado: globos, pelotas de tenis, balones de playa, balones de foam, etc.
DESARROLLO DEL JUEGO: Con el paracaídas paralelo al suelo, se introducen los diferentes objetos que queramos mantear. Los jugadores comienzan a hacer movimientos con el paracaídas tratando de que los diferentes objetos se eleven lo máximo posible para recogerlos en su caída con el paracaídas. El juego termina cuando no queda en el paracaídas ningún objeto que mantear.
VARIANTES: Mantear los objetos un tiempo previamente determinado, nos anotamos un punto por cada objeto que aún permanezca en el paracaídas al cabo de ese tiempo.
La piedra y las pepitas de oro
MATERIAL: Seis balones o pelotas de ritmo. Al menos uno debe de poder distinguirse del resto.
DESARROLLO DEL JUEGO: Con el paracaídas paralelo al suelo, se depositan en él seis balones, uno de los cuales presenta una característica especial, bien sea su tamaño, su color, etc., que le distingue del resto. Ese balón es la piedra y el resto son las pepitas de oro.
Los jugadores comienzan a hacer movimientos con el paracaídas tratando de que las pepitas se introduzcan por el agujero central del paracaídas y evitando que la piedra lo haga.
Por cada pepita que se introduzca por el agujero central del paracaídas nos anotamos un punto. El juego termina cuando la piedra se introduce por el agujero o se sale del paracaídas. ¿Cuántas puntos somos capaces de conseguir?
VARIANTES: * Determinar un tiempo de juego. * Introducir más piedras o más pepitas. El juego termina cuando no queda ninguna piedra en el paracaídas. * Jugar con una pepita y cinco piedras.* Dar la posibilidad de que las pepitas que se salgan del paracaídas puedan volver a depositarse en el mismo.
El barco
MATERIAL: Una pelota de ritmo o un balón.
DESARROLLO DEL JUEGO: Con el paracaídas paralelo al suelo, se introduce una pelota de ritmo o un balón (dependiendo de si el diámetro del agujero central es mayor o menor). Los jugadores comienzan a hacer olas tratando de que la pelota se introduzca por el agujero central y evitando que se salga fuera del paracaídas. Nuestro objetivo es introducir la pelota por el agujero central, evitando que se salga del paracaídas.
VARIANTES: Cada vez que el balón se meta en el agujero es un punto a nuestro favor y cada vez que se salga es un punto en contra. Jugamos una partida a tres o más puntos. * Idéntico al anterior pero en un tiempo determinado. * Sólo contamos las veces que el balón se mete por el agujero central, no las que se sale del paracaídas. ¿Cuántas veces lo metemos en un tiempo determinado?
El barco pirata
MATERIAL: Dos pelotas de ritmo o dos balones de distintos colores.
DESARROLLO DEL JUEGO: Con el paracaídas paralelo al suelo, se introducen dos pelotas de ritmo o dos balones (dependiendo de si el diámetro del agujero central es mayor o menor) de distinto color. Uno es nuestro barco y el otro es el barco pirata. Los jugadores comienzan a hacer olas tratando de que la pelota que representa al barco propio se introduzca por el agujero central antes que la que representa al barco pirata y evitando que cualquiera de las dos se salga fuera del paracaídas. Ganamos si la pelota que simboliza nuestro barco se introduce por el agujero central antes que la que simboliza el barco pirata. Empatamos si primero se introduce el barco pirata y después el nuestro. Perdemos si cualquiera de los dos barcos se sale del paracaídas.
VARIANTES: * Introducir varios balones nuestros o varios balones piratas para facilitar o dificultar el juego.
Cesta de colores
MATERIAL: Ninguno.
DESARROLLO DEL JUEGO: Los alumnos se disponen alrededor del paracaídas. Cada uno de ellos es un color por este orden: azul, rojo, verde, amarillo. El profesor dirá: "uno, dos, azul" (o cualquier otro color). En este momento todos elevan el paracaídas y aquellos cuyo color coincide con el nombrado cambian de sitio por debajo del paracaídas y antes de que éste se desinfle.
VARIANTES: * Nombrar dos colores a la vez. Ambos se cruzan por debajo del paracaídas. * Nombrar dos colores a la vez. Los del primer color se cambian de sitio por debajo del paracaídas y los del segundo deben hacerlo alrededor del mismo. * Si el profesor dice: "¡Cesta de colores!" inflamos el paracaídas y nos metemos todos debajo procurando que cuando éste descienda no quede nadie al descubierto.
El lago de las estatuas
MATERIAL: Aros.
DESARROLLO DEL JUEGO: Los alumnos se disponen alrededor del paracaídas. Cada uno de ellos es un color por este orden: azul, rojo, verde, amarillo. Bajo el paracaídas se colocan varios aros. Son las piedras del lago de las estatuas. El profesor dirá: "uno, dos, rojo" (o cualquier otro color). En este momento todos elevan el paracaídas y aquellos cuyo color coincide con el nombrado cambian de sitio por debajo del paracaídas y antes de que éste se desinfle. Para ello deben pisar sólo dentro de los aros. Si alguno pisa fuera o si el paracaídas, al desinflarse, toca alguna parte de su cuerpo, se transforma en estatua de sal y, por lo tanto, no puede moverse. Se puede salvar a las estatuas de sal dándolas un beso a la vez que se realizan los cruces.
VARIANTES: * Colocar aros de distintos tamaños y colores. * Con aros de distintos colores. Sólo se puede pisar en los aros de tu color.
La tienda de campaña
MATERIAL: Ninguno.
DESARROLLO DEL JUEGO: Los alumnos se disponen alrededor del paracaídas. A una señal elevan el paracaídas pasando los brazos por detrás de la espalda, colocando el paracaídas a la altura de los glúteos y sentándose encima. Se forma así una especie de burbuja con los alumnos dentro. Allí podemos comentar la sesión, contar chistes, jugar al veo-veo o cualquier otra cosa.
VARIANTES: * Un alumno va hacia el agujero central y saca su cabeza por él, contando al grupo lo que ve. Pasado un ratito nombra a otro compañero para que haga lo mismo.
http://www.terra.es/personal4/lapeonza/paraca.htm
Todos los juegos de esta página han sido reproducidos, con la autorización del autor del cuadernillo: Velázquez Callado, C. (1995): “Juegos con paracaídas en las clases de Educación Física”. La Comba. Valladolid.
JUEGOS DE LATERALIDAD
Derecha - Izquierda
Edad : De 5 a 7 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Sentados en el suelo.
Desarrollo: Cuando el profesor dice "derecha" los alumnos levantan la mano derecha. Cuando dice "izquierda", levantan la izquierda. Cambios rápidos y repeticiones.
Variante: El mismo juego pero con los pies.
Pera - plátano
Edad : De 5 a 7 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Sentados en el suelo.
Desarrollo: Deben imaginarse que tienen una pera en la mano derecha y un plátano en la mano izquierda. Cuando el profesor dice "pera", se han de llevar la mano derecha a la boca, cuando dice "plátano", se llevan la izquierda. Cambios rápidos y repeticiones.
Cambio de sentido
Edad : A partir de 5 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: En corro y cogidos de la mano. El profesor en el centro.
Desarrollo: Cuando el profesor levanta la mano derecha, el corro gira hacia la derecha. Cuando levanta la mano izquierda, gira hacia la izquierda. Cambios rápidos para que el corro se rompa.
Marchar sentados
Edad : A partir de 5 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Uno detrás de otro, formando un corro, muy juntos.
Desarrollo: A la señal, todos se sientan en las rodillas de su compañero de atrás y empiezan a caminar al ritmo marcado por el profesor: derecha, izquierda, derecha...
¿ Qué lado ?
Edad : A partir de 6/7 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Por parejas, forman un corro. En cada pareja, uno se pone delante y otro detrás, mirando hacia el centro del corro. Los de delante se sientan en el suelo.
Desarrollo: Los que están detrás van corriendo en torno al corro. Cuando el profesor dice "derecha", siguen corriendo hasta sentarse a la derecha de su pareja. Si dice "izquierda", se sientan a su izquierda.
Uno, dos; Izquierda, derecha
Edad : A partir de 7 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: Por parejas. De cada pareja, uno es el número 1 y el otro el número 2.
Desarrollo: Corren libremente por el espacio. Cuando el profesor dice 1. éste se sienta allá donde se encuentre, mientras el 2 le busca y se sienta rápidamente a su lado. Si el profesor dice 2, al revés. Lo complicamos diciendo 1-derecha. 1-izquierda, 2-derecha o 2-izquierda. En este caso, además de buscar al compañero, tendrán que sentarse a su derecha o a su izquieda según corresponda.
Lanzamiento a tres distancias
Edad : A partir de 6/7 años
Materiales: Tres argollas y tres aros por equipo.
Organización inicial: Varios equipos de cuatro o cinco alumnos, colocados en fila. Frente a cada equipo y alineados a tres distancias diferentes, tres aros.
Desarrollo: Cada alumno debe lanzar sus argollas intentando meter una en cada aro. Contamos el número de aciertos totales de cada equipo. A partir de los 8 años hacemos un intento con la mano derecha y uno con la izquierda, de modo que cada alumno lanza seis veces. Antes de los 8 años, lo hacemos sólo con una mano, porque nos interesa afianzar el dominio lateral.
El pozo de mi casa
Edad : A partir de 7/8 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: En corro. El profesor entre ellos.
Desarrollo: Se colocan una mano frente a sí con los dedos en la posición que tendrían sisujetaran un tubo. Esto representa "el pozo de mi casa". La nariz es "la azotea de mi casa". Las dos orejas son "la ventana derecha" y la "ventana izquierda de mi casa". El profesor va nombrando rápidamente cada uno de los lugares descritos de forma que los alumnos deben ir colocando el dedo índice donde corresponda. También se pueden nombrar dichos lugares en el compañero de la derecha y en el compañero de la izquierda. Asi, la orden puede ser: "En la ventana izquierda del vecino de la derecha".
La nariz del vecino
Edad : De 5 a 8 años
Materiales: Ninguno.
Organización inicial: En corro. Uno en el centro dirige el juego.
Desarrollo: Cuando el del centro dice "izquierda", todos tocan con la mano izquierda la punta de la nariz de su compañero de la izquierda. Cuando dice "derecha", todos tocan con la mano derecha la punta de la nariz del compañero de la derecha. El que se equivoque pasa a dirigir el juego.
SABER SU TU HIJO ES ZURDO O DIESTRO
El por qué unos niños son zurdos y otros diestros, se encuentra en una configuración cerebral diferente. El hemisferio derecho dirige los movimientos del lado izquierdo de nuestro cuerpo y el hemisferio izquierdo rige los del lado derecho. Esto quiere decir, que en los niños diestros, el hemisferio izquierdo es el dominante, y en los niños zurdos, el derecho.
A los 2 o 3 años el niño aún no ha definido su lateralidad, por lo cual se dice que es ambidiestro (tiene habilidad con las dos manos). Es a partir de los 4 años cuando se establece la preferencia por una mano u otra, si a esta edad, el niño sigue mostrándose ambidiestro, es posible que tenga un problema de motricidad.Generalmente, a los 7-8 años es cuando se sabe si nuestro hijo es zurdo o diestro, cuando se decanta por una mano para escribir o pintar, ya podemos decir que tiene marcada su lateralidad.
Cuando el niño usa mano, pie y ojo del mismo lado, se dice que su lateralización es pura, pero si por ejemplo, es diestro de mano y zurdo de ojo, se denomina que tiene lateralización cruzada.
Para saber si tu hijo es zurdo o diestro, basta con observarlo al realizar cosas tan simples como con el pie que chuta el balón, con la mano que soporta algo que tenga que llevar con cuidado, como abre una botella, con que ojo mira por el telescopio…
Es muy importante respetar su habilidad natural y ayudarle a desarrollarla satisfactoriamente. Obligar a un niño zurdo a convertirse en diestro, puede llevarle a una pérdida de confianza en si mismo.
LATERALIDAD
Para algunos autores el 50 % de los estudiantes que padecen el fracaso escolar tienen problemas de lateralidad. Estos niños presentan problemas de atención y se fatigan con más facilidad.
Una buena organización lateral ojo-mano-pie-oído favorece la resolución de problemas escolares y personales.
A los cinco y seis años el niño debe poseer una lateralidad bien definida para dominar los factores de espacio y tiempo y el aprendizaje de letras y números. Sin una correcta organización lateral el niño no sabe si "52" y "25" son iguales o diferentes y puede confundir las letras "EL" y "LE".
El uso preferente de una parte del cuerpo (mano, ojo, pie y oído) depende de las funciones que se establecen entre los dos hemisferios cerebrales. Todos tenemos un hemisferio dominante y otro llamado subdominante.
Es importante diagnosticar el desarrollo lateral de los alumnos y ayudarles a construirse como diestros o como zurdos de manera activa. No es prudente dejar el desarrollo de la lateralidad en manos del azar o de las circunstancias.
S calcula que entre el 20 % y el 30 % de los adultos no tiene una lateralidad bien desarrollada y esto tiene consecuencias graves tanto en el aprendizaje como en el plano personal.
Hay dos formas de diagnosticar la lateralidad:
1. La observación continuada, tanto en la familia como en el colegio. Las respuestas manuales son más fiables cuando son espontáneas (saludar, coger, empujar, saludar, etc.) En la conducta normal podemos observar qué pierna utiliza preferentemente, qué mano usa habitualmente, qué ojo utiliza para mirar por un orificio y con qué oído escucha los ruidos detrás de una puerta. En las actividades de la vida cotidiana podemos observar cuál es el lado dominante al cepillarse los dientes, abrir una puerta, enjabonarse, peinarse, comer, utilizar el cepillo o gamuza para limpiar los zapatos, exprimir una naranja, escurrir una esponja o un trapo, abrir una cerradura con una llave, cortar el pan, etc.
2. Exploración sistemática, aplicando una serie de pruebas utilizadas habitualmente por los especialistas. El profesor puede aplicarlas sobre todo a los alumnos que tienen alguna dificultad en lectura y escritura, aunque para un diagnóstico definitivo haría falta un informe del Equipo de Orientación o un Instituto de Desarrollo Infantil.
En esta sección se describen una serie de pruebas para determinar la lateralidad de la mano, del ojo, del pie y del oído.
sábado, 24 de noviembre de 2007
LA PSICOMOTRICIDAD INFANTIL
A través de la práctica psicomotriz podemos trabajar los siguientes aspectos:
a) ASPECTO MOTOR ( ESQUEMA MOTOR FUNCIONAL):
b) ASPECTO COGNITIVO:
c) ASPECTO AFECTIVO-RELACIONAL:
jueves, 22 de noviembre de 2007
Las sesiones motoras se basan en el movimiento corporal a través de juegos colectivos. Se trabaja el control en el movimiento, la coordinación global y segmentaria, el equilibrio, la orientación en el espacio y en el tiempo, la lateralidad...
Previamente hacemos un corro con todo el grupo para explicar la propuesta y organizarnos. Durante la sesión observamos como participa cada niño/a en los diferentes juegos y como se relacionan entre ellos. El tiempo que destinamos a psicomotricidad resulta muy lúdico, con actividades que potencian la cooperación y fomentan la conciencia de grupo.
Según el tipo de actividad las sesiones se pueden realizar en el patio, en el gimnasio o dentro del aula.
CIRCUITOS
En los circuitos todo el grupo recorre un trayecto durante el cual los niños/as se van encontrando con diferentes ejercicios. La salida se da de manera progresiva y cuando acaban pueden volver a reiniciarlo varias veces. Para no fomentar el sentido competitivo entre los niños/as los circuitos son circulares, llegan en el mismo orden que han salido y lo vuelven a empezar.
En el gimnasio o en el aula de psicomotricidad se pueden montar circuitos utilizando materiales como módulos de espuma, colchones,... Tipo de ejercicios: arrastrarse dentro de un túnel como una serpiente, a continuación pasar gateando dentro de un gusano, hacer después volteretas adelante y atrás,...
Uno de los ejercicios de un circuito en el gimnasio.
Un circuito en el patio podría tener los siguientes ejercicios:
-Una hilera de ruedas andando por encima imaginando que es un puente sobre un río.
-Una hilera de anillas grandes pasando de una a la otra saltando con los dos pies juntos.
-Correr haciendo zigzag entre la hilera de los árboles o de algún otro material orientativo, aprovechando los recursos que tenga el mismo patio.
-Saltar a la pata coja en un espacio determinado.
-Subir por un extremo de un banco, andar y bajar por el otro extremo.
-...
RINCONES
Los niños y niñas se organizan por grupos. El número de grupos y de rincones tiene que ser el mismo, porque de manera rotativa cada grupo irá pasando por los diferentes rincones. Tras un tiempo determinado damos el aviso de cambio que hayamos acordado y cada grupo pasa al siguiente rincón que le corresponde.
Los rincones pueden ser de:
-Pelotas: hacerlas botar, lanzarlas bien, cogerlas bien, encestarlas (en estas edades va muy bien encestar en una papelera),...
-Cuerdas: pueden ir probando de aprender a saltar a cuerda individualmente o en grupo, pero todavía les cuesta un poco,...
-Anillas: el juego de acertar anillas de diferentes medidas en un palo con base.
-Zancos
-Conchas
-Bolos
-...
Los juegos de siempre:
-Jugar a hacer paquetes, muy útil por trabajar las agrupaciones matemáticas.
-Juego del pañuelo.
-Seguir el rey, haciendo uno o varios trenes de niños/as que tienen que imitar al maquinista de su tren.
-Uno, dos, tres... pica pared.
-La xarranca.
-Las sillas.
-Estatuas.
-...
-Liebres y conejos (cançó 'Conillets a amagar')
-Lobos y cerditos (cuento 'Los tres cerditos')
-Soles y lunas (tema que se trabaja en Descubierta del entorno)
-Tiburones y peces
-....
Previamente nos ponemos de acuerdo sobre los espacios (donde está la casa de la liebre, situamos la madriguera donde los conejos están protegidos,...).
La mecánica del juego es siempre bastante parecida aunque con variaciones. Un ejemplo de como introducir el juego: ''Los grandes osos (dos o más niños que llevan una capa o algún otro distintivo) están durmiendo. Poco a poco se van despertando y se dan cuenta que tienen mucha hambre. Van a buscar peces para comer (el resto de los niños/as)''. En definitiva se trata del juego de siempre de perseguir, atrapar, hacer prisioneros y llevárselos a casa, ir a salvar,...
A menudo los niños/as incorporan en el juego movimientos y sonidos de los animales que representan.
LA PSICOMOTRICIDAD EN ESPAÑA
La técnica llega a España en la década de los setenta, bajo la influencia francesa, a partir de las ideas de Wallon y Ajuriaguerra, allá por los años setenta. Pero es solo a partir de la década de los ochenta cuando empieza a desarrollarse por iniciativa privada, con la celebración del Congreso Internacional de Psicomotricidad, en Madrid, organizado por la Organización Internacional de Psicomotricidad.
Profesionales de la psicomotricidadNo existe en España una carrera universitaria ni una titulación oficial para llegar a ser psicomotricista. Consecuentemente, en la teoría, no existe la posibilidad de trabajar como psicomotricista, pero en la práctica la psicomotricidad está presente en los ámbitos educativo y sociosanitario. Debido al gran interés de muchos profesionales por la psicomotricidad existen, desde el año 1996, diferentes asociaciones de psicomotricistas que luchan por la defensa de sus intereses colectivos, por el desarrollo de la psicomotricidad en todos los ámbitos, y por el reconocimiento de la psicomotricidad y de sus profesionales en España. En 1998, las asociaciones constituyeron la Federación de Asociaciones de Psicomotricistas del Estado Español.
miércoles, 21 de noviembre de 2007
LA PSICOMOTRICIDAD, UNA VOCACION
Desde la creación del Centro, paulatinamente, tomamos conciencia de que las dificultades de aprendizaje provenían, en buena parte, de una estructuración incorrecta del esquema y la imagen corporales, y se concretaban en fallas en coordinación, movimientos finos y percepción espacial y temporal, sobre todo. Si a esto se le añade cierta desestructuración familiar y la conflictividad emocional que conlleva, en unos años en los que la exigencia del medio es máxima, se constituirá, sin lugar a dudas, un "problema de aprendizaje".
El abordaje de estas dificultades nos llevó a preocuparnos por introducir la Psicomotricidad en el aula. De esta manera, cada profesor/a tutor/a llevaba a cabo la sesión con sus alumnos/as y, para ello, cada sesión la discutíamos, la poníamos en común y la programábamos conjuntamente.
Muy pronto nos dimos cuenta que para impartir esta materia se necesitaba un espacio específico y unos materiales adecuados para lo cual tuvimos que considerar una recomposición espacial importante. Dedicamos una de las aulas exclusivamente para la Psicomotricidad, instalando parquet y adquiriendo los materiales básicos para su práctica. Es importante tener en cuenta que esto ocurría en los años 83 y 84, cuando en España empezaban tímidamente a entrar las influencias de las distintas prácticas psicomotrices, sobre todo, de la que se ha dado en llamar corriente francesa de la Psicomotricidad.
Al mismo tiempo tomamos conciencia de que uno de nosotros -el que suscribe- debía especializarse en la materia y en el futuro impartirla a todos los niños y niñas del Centro. Puesto que no existían -y seguimos igual- estudios oficiales de Psicomotricidad llevé a cabo mi formación en una escuela privada y, posteriormente, en el año 86, seguí el primer curso de especialización en Educación Física convocado por el M.E.C.
Después de innumerables debates y planteamientos en torno a la sesión de psicomotricidad, a los aspectos que había que introducir, a la secuencia y el orden de cada apartado, fuimos evolucionando desde una psicomotricidad funcional sobre la base de consignas y órdenes con una fuerte presencia del deseo del adulto, a un enfoque mucho más basado en la demanda del niño/a, que iba a potenciar más "lo surgido", lo espontáneo y en el que la intervención del adulto se producía no sólamente por el canal oral sino atendiendo a parámetros espaciales, posturales, gestuales, tónicos...
En estos últimos años, a partir del año 90, el atender a un alumnado con necesidades educativas graves y permanentes ha conllevado un doble reto: por un lado, un esfuerzo importante en el diseño del Aula de Psicomotricidad y la implementación de instrumentos adecuados para la intervención, y por otro la modificación de objetivos y secuencia de contenidos para contemplar las estimulaciones básicas (tactil, propioceptiva, vestibular, vibratoria) y profundizar en metodologías entre las que cabe destacar las de J. Ayres y A. Frhölich.
En la última reforma arquitectónica del centro, en el año 1994, se hace realidad el diseño del actual Aula de Psicomotricidad, fruto de la profundización en la materia de los años anteriores y con la idea de responder al reto que supone el encarar las necesidades educativas graves y permanentes de parte del alumnado que el Centro recibe. En este empeño hemos recibido el apoyo y la ayuda técnica de D. Fernando Laredo, arquitecto jefe de la Unidad Técnica de la Dirección Provincial de Educación.
Ocupa una superficie amplia en la planta superior del edificio, de alrededor de 90 metros cuadrados y 5 metros de altura, muy bien iluminada, dividida en tres espacios: el espacio del placer senso-motriz y estimulación corporal, el espacio del juego simbólico y el espacio de observación.
Ocupa una gran zona del aula, eventualmente toda ella, y la mayor parte de las actividades giran en torno a la gran plataforma de estimulación laberíntica. Dicha plataforma consiste en un entramado metálico que accionado por dos motores eléctricos puede desplazarse verticalmente desde 1 metro en su parte inferior hasta 4 metros en la superior. Dicho entramado está cubierto por unos ajustados tableros de madera por arriba, y del que por abajo penden unos ganchos de los que pueden suspenderse todo tipo de elementos y aparatos. Igualmente en dos de las paredes del Aula existen varios cuerpos de espalderas que pueden combinar su utilización con determinada posición de la plataforma.
El hecho de que ocupe la parte central no es casualidad porque en torno a ella pueden promoverse actividades que están en la base de cualquier planteamiento educativo y terapéutico, a saber:
. Giros en los 3 ejes del espacio.
. Balanceos en todas las direcciones.
. Caídas desde cualquier altura.
. Control tónico postural.
. Conductas motrices de base: equilibración, coordinación
dinámica general y coordinación visomotriz.
. Relajación.
. Ejercicios de potencia y fuerza.
. Ejercicios de habilidad.
2.2.- Espacio del juego simbólico.
Es el espacio en el que tienen lugar las actividades que estimulan la imaginación del niño a través del objeto y de la relación con el otro. El juego, como lo entiende Vygotski (1984) y Piaget (1986), en la base del acceso a los lenguajes.
Los ejes vertebradores de este espacio los conforman el espejo en el que los niños/as se pueden ver de cuerpo entero mientras comunican y juegan, y la pizarra en la que pueden representar sus construcciones reales y también su mundo fantasmático e imaginario.
La intervención implica en primer lugar la capacidad de escucha y presenta características específicas. Los estudios de Vygotski/Elkonin (1980), Bruner (1989), P. Harris (1992) y R. Ortega (1990, 1992), entre otros, así lo confirman.
Estos dos espacios, si bien constituyen un itinerario por sí mismo educativo, no se dan en todas las sesiones y no es obligatorio el paso por cada uno de ellos.
La figura del psicomotricista es la que da envoltura a cada uno de los espacios y a todos juntos, constituyéndose en referencia, "contenedor", símbolo de ley y seguridad como explican Aucouturier y otros.
2.3.- Espacio de observación
Está constituido por una pequeña sala contigua al aula de intervención y en la que el/la tutor/a, mediante un cristal unidireccional, puede ver y oír todo lo que acontece relativo a la intervención y puede observar sin interrumpir las actuaciones del psicomotricista. Es, pues, una observación "pura" que aporta información muy valiosa tanto para el tutor/a como para el psicomotricista.
MATERIALES QUE DEBEMOS UTILIZAR PARA EL DESARROLLO DE LA PSICOMOTRICIDAD
Los elementos materiales necesarios son:
La sala de psicomotricidad: un lugar cálido, iluminado, confortable y con espacio para moverse. Posee un gran espejo donde el paciente se ve mientras trabaja.
Materiales: el uso de un material u otro dependerá de los objetivos trabajados pero en general pueden ser:
Colchonetas.
Balones y pelotas.
Picas.
Cuerdas.
Rampas.
Aros.
Telas.
Papeles.
Pinturas.
etc.…
De todo el material el más imprescindible es la música.
martes, 20 de noviembre de 2007
LOS JUEGOS DE LA PSICOMOTRICIDAD
La aplicación o la intervención de la psicomotricidad en la educación de los niños se hace de una forma muy divertida y entretenida. Tanto se puede desarrollarla en lugares al aire libre o en recintos cerrados. No se puede ignorar que la psicomotricidad es un estímulo o una reeducación, a través de los movimientos. Los niños, en general, ya aplican la psicomotricidad en su vida cotidiana, al montar bicicletas, triciclos, al patinar, saltar a la comba, correr, jugar a la pelota, etc. La psicomotricidad dirigida está para mejorar esa estimulación o, en el caso de alguna deficiencia, reeducar al niño. Las clases de estimulación son divididas por edades como forma de situar al niño según sus posibilidades y capacidades. Mediante los juegos de movimiento, los niños se desarrollarán físicamente y aprenderán conceptos como derecha, izquierda, delante, detrás, arriba,... que les ayudarán a situarse en el espacio y a ajustar sus movimientos. Los distintos y variados juegos de los cuales participarán los niños les darán una mejor coordinación, equilibrio, orientación y seguridad.
Didáctica y materiales
BENEFICIOS DE LA PSICOMOTRICIDAD
Esencialmente, la psicomotricidad favorece a la salud física y psíquica del niño, por tratarse de una técnica que le ayudará a dominar de una forma sana su movimiento corporal, mejorando su relación y comunicación con el mundo que lo rodea. Está dirigido a todos los niños y niñas, normalmente hasta los 7 años de edad, y en casos especiales está recomendado para aquellos que presentan hiperactividad, déficit de atención y concentración, y dificultades de integración en el colegio. La psicomotricidad permite al niño a explorar e investigar, superar y transformar situaciones de conflicto, enfrentarse a las limitaciones, relacionarse con los demás, conocer y oponerse a sus miedos, proyectar sus fantasías, vivir sus sueños, desarrollar la iniciativa propia, asumir roles y disfrutar del juego en grupo, y a expresarse con libertad.
Los beneficios de la psicomotricidad en los niños y bebés
Diversión segura
lunes, 19 de noviembre de 2007
LA IMPORTANCIA DE LA PSICOMOTRICIDAD. Laura Zúñiga, psicóloga y psicomotricista de dinámica/Chavalucos
Juegos sensoriales (de destrucción-construcción, de disfrute del movimiento con arrastres, rodar, saltar, aparecer-desaparecer) que son la base para crear la imagen y esquema corporal, y que permiten coordinar el movimiento con la emoción.
Juegos simbólico, por medio de los cuales los niños/as muestran sus gestos, emociones, su postura, su mímica, etc. Utilizan el material que hay (cacharritos, peines, jabón, telas, módulos de diferentes tamaños y colores, palos, cuerdas...) y son previos a los juegos de roles.
Juegos de precisión y reglas, que supone ya una coordinación y una integración corporal. Los niños mayores los prfieren porque ya incluyen reglas, formas de jugar (tenis, encestar, chutar o saltar en un lugar concreto...).
domingo, 18 de noviembre de 2007
RADIOGRAFÍA DEL JUEGO EN EL MARCO ESCOLAR.
Alfonso Lázaro Lázaro
PSICOMOTRICIDAD. Revista de Estudios y Experiencias. Nº 51, 1995. vol. 3, pp. 7-22
Nos proponemos en estas líneas reflexionar en voz alta sobre un tema que nos parece trascendental en el desarrollo del niño/a: el juego como factor central del aprendizaje y generador de la adaptación social. El gran psicólogo ruso Vygotski (1984) nos dejó dicho que «todas las funciones psicointelectivas superiores aparecen dos veces en el curso del desarrollo del niño: la primera vez en las actividades colectivas, en las actividades sociales, o sea, como funciones interpsíquicas; la segunda, en las actividades individuales, como propiedades internas del pensamiento del niño, o sea, como funciones intrapsíquicas». Estudiar el juego se nos presenta, pues, como tarea apasionante, sobre todo por ser una actividad social por excelencia, y por constituir un microcosmos en el que están claramente reflejadas las características del pensamiento y la emocionalidad infantiles.
Reflexionar sobre el juego de los niños y las niñas es, pues, siempre una ocasión para profundizar en su personalidad y para acercarnos un poco más a descifrar su desarrollo. Ya Platón decía que: «Al enseñar a los niños pequeños ayúdate con algún juego y verás con mayor claridad las tendencias naturales en cada uno de ellos» (Cratty, 1984). Y, desde entonces, han sido muchos los filósofos, pedagogos, psicólogos, antropólogos, historiadores... que se han ocupado de valorar el juego desde sus distintas perspectivas.
De todas las definiciones que conocemos sobre el juego, quizás el denominador común sea que es una actividad gratuita en la que existe una pérdida de vinculación entre los medios y los fines, aparentemente sin finalidad y sin fin, y que existe en todas las culturas y civilizaciones, es decir, tiene carácter universal.
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sábado, 17 de noviembre de 2007
LA PSICOMOTRICIDAD CONTRIBUYE A CREAR VÍNCULOS AFECTIVOS NECESARIOS
Fuente: DIARIO DE MAYORCA
viernes, 16 de noviembre de 2007
MOTRICIDAD DE 2 A 4 AÑOS
jueves, 15 de noviembre de 2007
El niño, hasta los cinco años, se encuentra en un período evolutivo básicamente perceptivomotor, que organiza su mundo a través de sus percepciones subjetivas, siendo su propio cuerpo el canal más fácil para la adquisición del conocimiento.
El objetivo de la psicomotricidad (mejor denominada "desarrollo neuromotor" para diferenciarla del concepto tradicional de "psicomotricidad") es conseguir una correcta organización neurológica: un problema funcional deriva en un problema educativo. Con las actividades de psicomotricidad ayudamos al Sistema Nervioso a madurar correctamente, a formar y consolidar circuitos neuronales.
G. DOMAN: "Estamos totalmente convencidos de que todo niño, en el momento de nacer, posee una inteligencia potencial superior a la que jamás utilizó Leonardo da Vinci. Esa inteligencia potencial, presente en el nacimiento, incluye y de hecho empieza, con la función física."
También según Glenn Doman, el tiempo que requiere un niño para aprender una nueva función, el grado de dificultad que encuentre, la determinación que tenga que demostrar y el nivel de destreza que logre, serán delineados por el nivel físico que haya alcanzado durante sus primeros seis años de vida: promedio, inferior al promedio o superior al promedio.
Un elevado número de fracasos escolares tienen como origen la falta de estimulación psicomotriz en los primeros años de vida.
M. GARCÍA VELA: "Cuantas más oportunidades damos a un niño para que se mueva, más favorecemos el desarrollo global de su inteligencia y más bases sólidas ponemos para futuros aprendizajes. Por otro lado, cuando el niño consigue habilidades en el movimiento, experimenta sensaciones de dominio, de autoestima, etc. Y favorece su equilibrio emocional. También tiene repercusiones positivas en su capacidad para concentrarse en los deberes y para relacionarse con los demás".
Los primeros años son cruciales para conseguir el desarrollo motriz. El rendimiento va mejorando de forma progresiva, pero después de los 5 ó 6 años no aparecen habilidades corporales nuevas.
En psicomotricidad existen muchos ejercicios que se pueden hacer que favorezcan el desarrollo de los pequeños. Pero están los llamados "patrones básicos", que serían los más importantes en este sentido. La marcha (tanto andar como correr); los ejercicios vestibulares (que trabajan el sentido del equilibrio) como los saltos, las volteretas y las croquetas; el arrastre y el gateo.
La marcha, pero sobre todo el arrastre y el gateo, tienen una importancia destacada por su realización en patrón de "esquema cruzado", es decir, que mientras se efectúan dichos ejercicios, se están utilizando ambas partes del cuerpo contralateralmente: cuando se mueve la pierna izquierda, se mueve el brazo derecho y viceversa. Esto supone el desarrollo de los dos hemisferios y de las conexiones que se establecen entre ambos.
El gateo es un momento evolutivo muy importante, pues supone una adquisición de autonomía frente a los padres y una oportunidad de descubrir y experimentar el entorno que el niño no había tenido hasta entonces. Cuando comience a andar estará mucho más preocupado por mantener el equilibrio y será más dependiente de los adultos, dejará a su vez durante algún tiempo de explorar el medio en favor del disfrute y perfeccionamiento de su nuevo logro.Mientras dura la fase del gateo, el niño aprenderá a calcular distancias en el espacio y se acostumbrará a observar objetos a una distancia de unos 30 cm., que será casualmente la distancia de enfoque que utilizará más tarde para sus labores de lectoescritura.
G. DOMAN: "Existe una relación muy estrecha entre ser capaz de arrastrarse, de gatear y de converger con la visión en un punto próximo."
M.T. ALDRETE: "El 95% de niños que no gatean tienen problemas de lectoescritura. El 5% restante lo suple trabajando la manualidad. El gateo es un ejercicio preventivo para la lectura."
Debemos dejar a nuestros pequeños gatear, sin temor a que se ensucien. Debemos dejarles correr siempre que esto sea posible y no reñirles por ello. Debemos dejar que se encaramen y suban a todas partes, siempre que no corran peligro. Debemos dejar que lo toquen e investiguen todo, controlando que no puedan hacerse daño. Cada vez que decimos a un niño : "No toques" "No corras" "No te subas ahí" "No te tires por el suelo" "Mira que te pones hecho un cochino" etc. ? si se lo decimos sin un verdadero motivo de evitar lo que consideramos un peligro o una acción totalmente inapropiada a las circunstancias, estaremos limitando el desarrollo del pequeño y por lo tanto, su inteligencia. Estaremos cortando el desarrollo de su autodominio motriz, lo cual no sólo afectará a su destreza motora, sino también a su personalidad y autoestima. También estaremos cortando su curiosidad y ganas de saber, lo cual afectará a su actitud ante el aprendizaje futuro. Muchas veces, los padres enseñamos a nuestros hijos a "no ser inteligentes".
La psicomotricidad puede aplicarse a cualquier edad, aunque es más efectiva cuanto más pequeño es el niño. A los 6 años tendrá que recorrer una distancia mucho mayor gateando para que se produzca el beneficio buscado. Estos ejercicios ayudan a madurar neurológicamente a cualquier niño y no tienen efectos secundarios, por lo que todos podríamos apuntarnos a sesiones familiares de gateo. Los adultos probablemente precisen de rodilleras (se venden en las tiendas de deporte), y de ilusión y ganas. Con un poco de imaginación se pueden realizar carreras, circuitos por los que habrá que pasar bajo sillas o sobre obstáculos? Es importante que nos involucremos con lo que propongamos a nuestros hijos, si les dejamos solos y se lo ordenamos, no obtendremos ningún éxito. Es preciso motivarles, y lo que más les motiva en el mundo es nuestra compañía.
martes, 13 de noviembre de 2007
NIVELES PSICOMOTORES
a) Nivel Tónico-emocional: pretende desarrollar actividades que fomenten la relación del niño con el aulto y consigo mismo a través de objetos (comunicación: verbal y no verbal), como apoyos e intermediarios de la comunicación. Los contenidos que vamos a trabajar son el tono y la emoción
b)Nivel sensorio-motor: trabajar el placer por percibir el movimiento del propio cuerpo y de madurar las conductas motrices y neuromotrices básicas. Se produce la evolución desde movimiento descontrolado hasta el gusto por el control. los contenidos a trabajar son: sistema postural (postura, posición, actitud), tono equilibrio y ejes; la conciencia corporal (esquema, imagen y concepto) y las grandes coordinaciones (giros, saltos, desplazamientos).
c) Nivel perceptivo-motórico: descubrir el pacer del movimiento intencionado, con una funcionalidad, implica percibir el espacio exterior, proyectarlo internamente y saber moverse en él. Se van produciendo repeticiones al servicio de controlar la acción.los contenidos a trabajar son:distintas percepciones (exteroceptivas, propioceptivas, e interoceptivas), su integración, asociaciones y las coordinaciones tanto global como segmentaria.
d) Nivel proyectivo-simbólico: favorecer la aparición de la actividad mental específicamente humana (atención, lenguajes expresivos etc.), como resultado de todo el trabajo anterior (tónico emociona, sensorio motor y perceptivo motriz). Los contenidos a trabajar son: codificaciones, decodificaciones, imitaciones, praxias, ecopraxias, juegos de imitación, evocación, escenificación, de fantasía, reglados, rituales; utilizaremos elementos para construir espacios, objetos, dramatizar… (palos, telas, cojines, cajas…etc).
d) Nivel sígnico: En este nivel superior, se desarrolla una relación arbitraria, entre los significados y los significantes. Los educadores, introducimos los signos de los diferentes lenguajes (musical, lógico matemático, plástico…) como una forma de comunicar, ideas, sentimientos, realidades etc.
información obtenida de: http://www.educa.madrid.org/web/eei.eltomillar.torrelodones/nivelespsicomotores.html
miércoles, 7 de noviembre de 2007
videos de psicomotricidad
http://video.google.es/videoplay?docid=1107461223322565499
http://video.google.es/videoplay?docid=2736348416713238015
miércoles, 10 de octubre de 2007
La psicomotricidad en educación infantil.
distintas partes de su propio cuerpo y sus posibilidades de movimiento.
La psicomotricidad en el currículum tiene un sentido amplio y generalizado por lo que no limita su práctica a un ámbito, sino que la psicomotricidad está presente en los aprendizajes en genera
La intervención educativa considera que el desarrollo psicomotriz es dependiente de la experiencias y situaciones de aprendizajes que viven los niños.